top of page

El caché de los músicos es caro: el valor real de la música en directo

  • Foto del escritor: Alfredo Carlavilla
    Alfredo Carlavilla
  • 7 may
  • 5 Min. de lectura




ree

¿Alguna vez has escuchado esa frase de "¡Pero qué caro es contratar a un músico!"? Seguro que sí. De hecho, como saxofonista profesional, es una expresión que escucho más veces de las que me gustaría. Pero hoy vengo a desmentir esa creencia. Porque no, el caché de los músicos no es caro. Caro es lo que no aporta valor. Y la música, sobre todo cuando se interpreta en directo y con alma, es un valor incalculable.


¿Qué es exactamente el caché de un músico?

Cuando hablamos de "caché", nos referimos al precio que un artista cobra por su actuación. No se trata solo del tiempo que pasa sobre el escenario, sino del conjunto de factores que hacen posible esa actuación: años de estudio, equipo, desplazamientos, ensayos, preparación específica, logística y, por supuesto, el talento y la experiencia.

No toco el saxofón solo con las manos. Toco con los pulmones, con el corazón, con los recuerdos de cada hora invertida en perfeccionar un solo, en estudiar armonía, en entender cómo emocionar al público. Y eso tiene un valor.


¿Por qué se percibe que los músicos somos “caros”?

La música, al estar tan presente en nuestra vida cotidiana —radio, Spotify, YouTube, conciertos, eventos— ha sido en parte desvalorizada. La disponibilidad inmediata ha generado la falsa sensación de que la música debería ser gratis, o al menos, barata. Pero lo que muchos no ven es el esfuerzo humano detrás de cada nota.

Un músico profesional como yo no solo acude a un evento con un instrumento bajo el brazo. Acude con décadas de aprendizaje, con equipo técnico que tiene un precio, con un repertorio adaptado al tipo de evento, y con una capacidad de reacción en directo que solo se adquiere con años de experiencia.


¿Cuánto cuesta realmente una actuación musical?

Para quien nunca ha contratado música en vivo, puede parecer que una actuación de una hora debería costar poco. Pero esa hora no empieza ni termina en el escenario. Aquí algunos factores que se incluyen en el caché de un músico profesional:

  • Estudios y formación: Conservatorio, clases privadas, másteres, cursos de interpretación…

  • Equipo profesional: Saxofones (alto, tenor, soprano), cañas, micrófonos, amplificadores, cables, pedales, soportes, fundas, transporte…

  • Horas de ensayo y preparación: No solo para el repertorio en general, sino adaptado a cada evento.

  • Desplazamientos y logística: Vehículo propio, combustible, peajes, alojamiento si fuera necesario…

  • Impuestos y seguridad social: Facturación legal, IVA, IRPF, cotizaciones como autónomo o a través de cooperativas.


¿Y sabes qué? Todo eso no se ve, pero está ahí. Por eso, el caché de un músico profesional no es caro. Es justo.


Contratar un saxofonista profesional: una inversión que transforma tu evento

Cuando alguien me contrata como saxofonista para una boda, una fiesta privada o un evento corporativo, sabe que no contrata solo “música de fondo”. Lo que ofrezco es una experiencia completa, un ambiente cuidado al detalle, una conexión emocional con el público.

El saxofón tiene esa magia de ser elegante y cálido a la vez. Puedo tocar sobre bases electrónicas tipo house, chill, deep lounge o jazz clásico, adaptándome al ambiente que buscas: desde una bienvenida sofisticada a un cóctel animado o una pista de baile con energía.

Y eso no lo consigue cualquiera. Eso lo consigue alguien que ha vivido cientos de escenarios, que sabe leer al público, y que ha hecho del saxofón no solo su instrumento, sino su voz artística.


¿Qué diferencia a un músico profesional de un aficionado?

La diferencia no está solo en la calidad del sonido (que también), sino en la profesionalidad integral. Puntualidad, seriedad, cumplimiento de horarios, compromiso con el repertorio acordado, vestimenta adecuada, respeto por el cliente y sus necesidades… Todo eso se valora cuando se trabaja con alguien que vive de la música.

Y ojo, un músico aficionado puede sonar muy bien. Pero la diferencia se nota cuando las cosas se complican: un problema técnico, un cambio de último minuto, una petición improvisada del público. Ahí es cuando el profesional marca la diferencia.


La cultura también se paga

Vivimos en una sociedad que exige cultura, arte, emociones, pero que muchas veces se resiste a pagar por ello. El cine, la música, el teatro… todo lo queremos consumir, pero muchas veces sin valorar lo que implica producirlo.

Si de verdad queremos una sociedad con eventos inolvidables, con conciertos únicos, con experiencias artísticas reales, tenemos que empezar por valorar el trabajo de quienes lo hacen posible.


El precio justo no es caro, es sostenible

Pagar un caché justo a un músico es también permitir que ese artista pueda seguir creando, mejorando, aportando valor a otros eventos. Si tú pagas poco o exiges descuentos constantes, ese músico tendrá que recortar en calidad, en equipo, en tiempo de ensayo… y eso repercute directamente en la experiencia final.

Piensa en esto: si puedes pagar por una cena en un restaurante de calidad, por qué no pagar por música de calidad en tu evento. Lo uno alimenta el cuerpo. Lo otro, el alma.


Cómo saber si estás contratando bien

Aquí algunos consejos para saber si estás contratando a un músico profesional y no a alguien que improvisa:

  • Tiene web profesional con información clara y vídeos en directo.

  • Responde con seriedad y rapidez a los mensajes.

  • Emite facturas legalmente.

  • Se adapta al evento, al horario y al repertorio pactado.

  • Tiene buenas valoraciones o testimonios de clientes anteriores.

  • No duda en explicarte qué incluye su caché.

Y si después de conocer todo eso te parece que su precio es elevado, quizá no estás comparando bien. Porque como en todo, lo barato puede salir caro.


¿Y qué pasa con las plataformas de contratación low-cost?

En los últimos años han proliferado plataformas para contratar músicos a precios muy bajos. Aunque pueden parecer una opción interesante para ahorrar, la realidad es que muchas veces promueven la precariedad artística, comisiones abusivas, falta de profesionalidad y artistas sin experiencia.

Si te importa tu evento, tu imagen y tus invitados, apuesta por artistas reales. La diferencia se nota desde el primer segundo.


Conclusión: la música tiene un precio, pero su valor es incalculable

Volvamos al principio: ¿el caché de los músicos es caro? No. Es justo. Es el reflejo de todo lo que hay detrás de una actuación inolvidable.

Si quieres un evento especial, si buscas emociones verdaderas, si quieres que tu boda, tu cumpleaños o tu evento de empresa destaque de verdad, no subestimes el poder de una buena música en directo.

Como saxofonista profesional, me he formado y he trabajado para estar a la altura de cada ocasión. Y cada vez que soplo por ese saxofón, no estás pagando solo un sonido: estás invirtiendo en emoción, elegancia, profesionalidad y alma.


¿Estás buscando un saxofonista para tu evento?

Si has llegado hasta aquí, quizá estés pensando en contratar música en vivo para tu próximo evento. Si es así, me encantaría conocerte. Puedes ver más sobre mi trabajo, mis vídeos, repertorios y opiniones de otros clientes en mi web.

También puedes escribirme directamente para que hablemos de tu idea. Cada evento es único, y me gusta adaptarme a lo que necesitas, desde ambientaciones elegantes hasta fiestas inolvidables. Estoy aquí para ayudarte a crear momentos mágicos con el mejor sonido posible.


 
 
 

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
bottom of page